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La líder más influyente de Europa

4 octubre 2021 - Opinión

Por esas cosas de la vida llegué a Alemania a finales del verano para asistir también, coincidentemente, a los últimos días de Ángela Merkel como canciller.

En las librerías abundaban los libros sobre ella y en las sobremesas no resultaba raro hablar de la lideresa europea que dice -adiós- con un 66% de popularidad tras un largo mandato de 16 años. ¿Qué haremos sin ella? ¿Qué será de Europa sin la Merkel?, escuché decir.El mundo la conoció por su accionar, a favor del fortalecimiento de la Unión Europea, logrando campear la crisis del brexit y la oleada de migrantes en 2015, principalmente de países africanos, que hallaron en ella una aliada. “Viví mucho tiempo detrás de un muro, como para desearlo de vuelta”. Esa fue su explicación a la solidaridad con quienes huían de la pobreza y las guerras. En su mandato, Alemania ha recibido más de 1 millón de refugiados y asilados, y ha convencido a otras naciones de aceptar cuotas de refugiados.

Entre todas las cosas que se dicen de ella, hay consenso para reconocer su férrea disciplina y una habilidad negociadora afincada en su claridad argumentativa. Uno de sus biógrafos resalta que Merkel podía discutir una noche entera, sin cansarse ni perder la calma, rasgos de lo que se ha empezado a llamar “el método Merkel”.En una de las pocas entrevistas que otorgó, dijo que uno de sus mentores, el excanciller Helmut Kohl, le aconsejó hablar de su origen. El viejo político sabía de la esencia de esta mujer que venía de un país que ya no existe, la República Democrática Alemana, en donde creció tras mudarse muy pequeña, desde la ciudad de Hamburgo donde nació en 1954. Sus padres la llevaron de niña al poblado de Templin, que sería parte de la Alemania del este y fue testigo de lo que fue vivir detrás de la cortina de hierro. Aprendió a esforzarse mucho sin llamar la atención.

En 1994 confesó que ella era la joven que comía maní, mientras los demás bailaban. Fue la mejor alumna de su colegio y desde siempre evidenció grandes capacidades, aunque su sueño entonces era ser patinadora. En 1973, se mudó a Leipzig para estudiar física y química en la universidad. Allí conoció a Ulrich Merkel y se casó con él en 1977. El matrimonio duró 4 años. Entonces se marchó a Berlín sin conflictos con su ex, pero conservando para siempre su apellido.

Su vida cambió radicalmente cuando cayó el muro de Berlín en noviembre de 1989. En pleno proceso de reunificación se afilió al partido Unión Demócrata Cristiana, CDU y a los 39 años fue nombrada Ministra Federal para las mujeres y juventudes. Seguía subiendo escalones en el partido cuando Helmut Kohl la ascendió a Ministra de medio ambiente. En 1998 ya era secretaria del partido y luego presidenta, tras haberse jugado -el todo por el todo- al pedir públicamente en un editorial de prensa, que Helmut Kohl se hiciera a un lado, tras el escándalo que lo salpicaba por haber recibido donaciones secretas para el partido. Al presentarse a las elecciones generales ganó y fue nombrada canciller, la primera mujer canciller en Alemania.

Para entonces se había casado por segunda vez con el químico cuántico Joachim Sauer, a quien nunca ha dejado de atender como esposa, cocinándole su ya famosa sopa de papas. Quien fuera por 10 años la mujer más poderosa del mundo, según la catalogó la revista Forbes, y por 16 años la canciller de Alemania, no usaba carros oficiales para movilizarse en privado. Habita en el centro de la ciudad en un departamento de clase media, solo custodiado por 2 policías. Se dejaba ver haciendo las compras en el supermercado, empujando ella misma el carrito donde era infaltable una botella de vino.

Siempre con pantalones y zapatos bajos, la moda la tenía sin cuidado. -Ustedes me conocen- les dijo a los alemanes en la tercera y última campaña de reelección. No quiso más. Había expresado su deseo de saber cuándo decir adiós. En el escaparate de una tienda del aeropuerto de Frankfurt, en mi viaje de regreso, veo una pila de libros con su rostro. Biografías. Análisis de su legado... Creo que aún es pronto para aquilatarla en serio.

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