Las aulas vacías los necesitan

viernes, 28 mayo 2021 - 18:00
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    Aun año de confinamiento por el COVID, el regreso a las aulas de manera progresiva y voluntaria es inminente. Otro año sin escuelas puede resultar catastrófico. Las cifras son alarmantes: 24 millones de niños, niñas y adolescentes abandonarán su educación debido al COVID (UNICEF, 2021). Los riesgos psicológicos, emocionales, de aprendizaje, de desarrollo sano que se puedan dar, son más altos que el aumento de la tasa de contagio por volver a las escuelas. Todo esto debe darse con planes estructurados y con las debidas medidas de bioseguridad.

    Por otro lado, seis de cada 10 niños sienten que no están aprendiendo, a la vez que el 25 por ciento de estudiantes tienen comprensión lectora en Ecuador, comparado con el 40 por ciento en la región y 95 por ciento en países del primer mundo como Alemania o Suiza.

    Por otro lado, debemos considerar que hay 90.000 estudiantes que, estando matriculados, han dejado de estudiar porque no tienen los elementos necesarios. La conectividad no cubre el territorio nacional y en muchas familias hay solamente un dispositivo tecnológico para cuatro o cinco hijos. Hemos desarrollado además síntomas de encierro y ansiedad, que repercuten en depresión y se ven aumentados los casos de suicidio.

    Los niños y adolescentes han sido golpeados y es momento de sacarlos de su encierro poco a poco y con responsabilidad. Es incomprensible que la gente siga yendo a peluquerías, restaurantes, a centros comerciales, a reuniones sociales y solo las escuelas estén cerradas.

    Queremos una generación roble, una generación sensible y fuerte a la vez, y esta generación de niños, niñas y adolescentes necesita volver a jugar, volver a sentir experiencias en vivo. Se ha comprobado en 191 países que la tasa de contagio no aumenta si los niños vuelven a la escuela con las debidas medidas de bioseguridad. Lo ideal y óptimo sería que haya vacunas para todos, pero debido a que el escenario no es ese, debemos hacer planes de retorno seguros.

    No podemos esperar más, debemos vivir con esta nueva realidad y fortalecer a nuestros niños, niñas y adolescentes. Recordemos que solo con información vencemos al miedo y que es deber nuestro, como ciudadanos, informarnos para ser motor de desarrollo en todas las áreas en nuestro país, comenzando por la educación que es el presente y el futuro, es la salvación.

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